Decorativa en post "La cajita de las preocupaciones"

La cajita de las preocupaciones es una técnica de educación emocional para niños. Es muy  eficaz para enseñarles a gestionar sus emociones y prevenir estados emocionales no deseados como la ansiedad. ¿Quieres saber cómo aplicarla?

Los niños también tienen preocupaciones…

Los niños no hablan de sus preocupaciones, pero eso no significa que no las tengan. ¡No lo olvides! Lo que sucede es que no saben cómo expresarlas. 

Algunas veces, los padres no podemos ni imaginar qué preocupa a los pequeños: ser aceptados por sus compañeros, las notas, que suceda algo malo a sus padres o abuelos…

Otras veces el niño atraviesa dificultades que conocemos y que también le generan preocupaciones, como por ejemplo las discusiones de sus padres, el divorcio o cualquier tragedia familiar.

En estos casos es necesario buscar la forma de verbalizar y gestionar esas preocupaciones. Por una parte, les ayudaremos a sentirse mejor y por otra, la educación emocional en niños es clave para que en el futuro gocen de una buena estabilidad emocional.  

A continuación exponemos una técnica para enseñar a nuestros hijos a gestionar con eficacia las preocupaciones

¿Cómo funciona la cajita de las preocupaciones?

La cajita de las preocupaciones, ejercicio de educación emocional para niños.

Cuando observes que tu hijo está preocupado, explícale que vais a elaborar una “cajita de las preocupaciones”. 

Busca varias cajas que tengas por casa y dale una a elegir a tu hijo. Lo ideal es que pueda decorarla a su gusto, por lo que habrás de proporcionarle una caja que cumpla esa característica.

Cuando la caja esté preparada, explícale: “Todas las personas tenemos preocupaciones”. A continuación ponle ejemplos: “A veces estamos preocupados por las notas, por que nos hemos peleado con un amigo, por miedo que le pase algo a alguien a quien queremos… etc.”. 

La finalidad de este comentario es crear empatía y un ambiente propicio para que el niño pueda expresar lo que le preocupa. Por eso los ejemplos han de adaptarse a su realidad para conseguir que se sienta identificado. 

Lo siguiente será explicarle que todas las preocupaciones están dentro de nuestra cabeza ocupando mucho espacio y nos hacen sentir mal. A continuación le preguntaremos ¿qué cosas te preocupan a ti? 

Cuando el niño hable de sus preocupaciones, debemos prestar gran atención, para tomar conciencia de sus problemas. Cuando el niño termine de hablar, abrimos la caja, “metemos” dentro las preocupaciones, y la volvemos a cerrar.

¡Ya están guardadas!

Una vez que hemos encerrado las preocupaciones dentro de la caja, colocaremos esta en un lugar bien visible de la habitación del niño, y le explicaremos: “Ahora las preocupaciones ya no están en tu cabeza, están guardadas en esa caja”.

Con esta técnica se consiguen varios objetivos. Por una parte, ayudamos al niño a expresar sus preocupaciones, además de a gestionarlas. Y por otra, conseguimos conocer cuáles son las cosas que inquietan a nuestro hijo. 

Consejos adicionales

Siempre que veas que tu hijo está preocupado o le oigas expresar una preocupación en voz alta, dile: Guarda eso en la cajita de las preocupaciones. Y establece una rutina de “revisión de la cajita”, con la frecuencia que consideres necesario. 

Informa de esto a tu hijo. Dile por ejemplo, “todos los viernes antes de ir a dormir, revisaremos la cajita”. Así potencias su autocontrol y evitas que entre en una espiral de angustia, liberándolo momentáneamente de los pensamientos preocupantes.

Eso sí, cuando llegue el momento de revisar la cajita, ¡cumple el horario! Siéntate con él y dedícale el tiempo necesario hasta que veas que ha comentado todas sus preocupaciones (seguro que habrá olvidado la mitad) y se queda tranquilo.

Con este truco tan simple de educación emocional para niños, enseñarás a tu hijo a manejar con éxito las situaciones difíciles, un aprendizaje que sin duda le será muy útil a lo largo de su vida…

La cajita de las preocupaciones: educación emocional